viernes, 3 de julio de 2009

El dia 13

Desde chica siempre me decían que estaba como en otro mundo, que mi cara lo delataba. Parece que de grande esa condición se fue acentuando y directamente comenzaron a decirme: “tenes cara de volada”. Nunca me dí por aludida, ¿o si? Puede ser… Tal vez un poco despeinada, ojos chiquitos, hinchados… como de recién levantada pero… ¿sería para tanto?
No hace mucho, comencé a viajar todos los meses a Buenos Aires para hacer un curso de psicomotricidad; curso “excusa”, claro, por que -en verdad- el objetivo primordial era ir al encuetro de mi novio. Entonces, lo volada que parecía se acentuaba aún más por el efecto de “mariposas en la panza”.
Es así que en unos de mis viajes me pasó algo inesperado que me hizo dar cuenta de que era más que cara.
Era marzo del 2008 (primer encuentro de mi curso en Buenos Aires, época de exámenes en la facultad de psicología), daba la casualidad que, justo el día de mi viaje, rendía, a la mañana, una materia de esas importantes y difíciles de pasar, de las que no hay que hacerse marcar con nada, de las que hay que pasar desapercibidos: era “Jurídica”.
Así fue, ese día rendí, no sin inconvenientes, ya que no figuraba en el parte de examen, ni como libre ni como regular, así que estuve a las corridas del aula a la secretaria varias veces para poder rendir, y sumado escuchar las puteadas de la profesora por no figurar… así que de desapercibida nada.
Después del trajín de la rendida venia otro que valía la pena: el del viaje. Así que preparé mi bolso rápidamente, fui al trabajo, leí en Internet si no había problemas en las rutas, campos, humo, cortes, ya que siempre había algo nuevo de que preocuparse, pero esta vez el colectivo salía sin ningún problemas. Como nunca mi viejo y mi hermana me buscaban del trabajo para llevarme a la terminal, así que ya no saludaba a gente desconocida sino que tenia de verdad a quien saludar desde la ventanilla.
Cuando subí al micro, me senté feliz, relajada. Después de un día agotador y casi sin dormir, veía a mi familia por el vidrio, saludaba, ya con ganas de ver rutas y campos.
El ómnibus estaba lleno, mientras la gente se acomodaba, se acerca un muchacho de unos 30 y picos y me pregunta: “¿que numero de asiento tenés?”, con seguridad le digo el “18”, ese era mi numero. El chico hace mala cara y me dice: “estamos en problemas”, yo también tengo el mismo numero, por supuesto que yo seguía saludando cual princesa en su carruaje, tenia el boleto en mano y estaba sentada y muy cómoda. Además, había sacado el pasaje con antelación ¿de que debía preocuparme?
A los segundos viene al chofer, me pide el pasaje, lo compara con el del joven y me dice: “mira tenes el numero 18”, yo con un gesto de obviedad a lo que me estaba diciendo, mientras seguía saludando, “pero mira lo tenes del día viernes 14 y hoy es jueves 13”. En ese momento me puse tan roja como el matafuego que estaba sobre mi cabeza. ¡Me quería morir de la vergüenza! Encima sentía las miradas de todos observando la escena riéndose y para variar mis familiares abajo saludando. Pensé en sacar el martillito (que también estaba sobre mi cabeza) romper el vidrio y huir sin mirar atrás.
Levante mis cosas del asiento y le rogué al chofer que por favor me vendiera un pasaje, él salio caminando rápidamente por el pasillo y yo por detrás, diciéndome: “creo que queda uno, voy a averiguar si no lo vendieron”. El corazón me latía fuertísimo, el pasillo se me hacia interminable, miraba sin mirar, mientras escuchaba voces que decían “¡que la dejen viajar!”.
Estaba esperando en la puerta del micro desde adentro, por supuesto no quería bajar por nada, y en eso, mi viejo se acerca y me pregunta ¿pasa algo?, Le digo que nada, que “estoy viendo una cosa” Imaginando su expresión de “¡que boluda!”, si le contara. En eso llega a la puerta una profesora de la facultad; pregunta de otro colectivo, que ya había salido una hora antes, se había confundido de horario, pedía si por favor la podían llevar para alcanzarlo o venderle un pasaje, era imposible, yo por mis adentros pensaba “Ella si que está peor que yo” por suerte que habia llegado tarde sino el ultimo número el 31 se lo iban a vender a ella….

9 comentarios:

Anónimo dijo...

sos muy muy coche!!! la verdad gracioso... y buenisima la idea del blog, ademas esta rodeada de gente coche con lo cual posta que vas a tener muchas historias....
gabi

Lorena Tapia Garzón dijo...

Jajaja, ¡¡eso sí que se llama amorrrr!! Buenísima la idea del blog, algo te voy a mandar, porque de esas historias tengo varias... Besos Pau.

Javier dijo...

Sí, yo también tengo varias. Habrá que compartirlas en formato blog.

Anónimo dijo...

jaja creo que a muchos nos va a servir esta pagina para expresarnos jaja besos te quiero mucho pau!!! lore lefebvre

Gaby Sal dijo...

Ja ja ja! A mi me paso algo en Brasi, que volviendo con mis primas de vacaciones,salian muchos omnibus de la misma empresa,y el nuestro estaba demorado...Será que no entendimos o lo despistadas que somos pero el nuestro se fue sin nosotras!
Entonces,y luego de llorarles a los choferes, nos fueron ubicando en otros omnibus sin cobrarnos un nuevo pasaje!!
:)

Martina Delacroix dijo...

Paula, Salud! Muy gracioso lo que contás, jaja, me reí mucho. También me gusta la idea del blog, es divertida. Te voy a mandar una historia muy moquera que me acordé apenas empecé a leer tu perfil a ver si te viene bien. Te mando un beso grande.
Martina.

Maria Teresa dijo...

paula que graciosa me encanto la historiajajajaja no sabe nada el papa ya se lo voy a contar jajaajabesos

Paula dijo...

Hey gracias a todos por los saludos y la buena onda, espero que participen.La verdad no tengo mucha idea de blog...pero ya le estoy encontrando el gustito.
Gaby Salas : ustedes me parece que no tenian ganas de volverse de brasil jajaja yo en mi historia no veia las horas de irme. besos Paula.

Anónimo dijo...

te quiero paaaaaauuuuuuuu!!!!
me estoy riendo a carcajadas, sola, bah! con becho al lado, jajjajaj!!!
y eso que me contaste esa historia la semana pasada!!!! sos mon-dial! te felicito!!!! la Bil