lunes, 16 de noviembre de 2009

Un As del Regateo

Autor: César Di Primio

Nunca fui de hacer compras hasta que tuve la necesidad de hacerlo. El concubinato y mi adicción por algunas ensaladas me impulsaron a hacerlo. Pasó hace unos años en una de esas verdulerías que hay en el abasto. Eran esos años en los que convenía comprar allí porque las verdulerías del centro no tenían ni buenos precios ni buenas berenjenas. Así que fui nomás en una camioneta de la que disponía una vez por semana. Y me dispuse a comprar con mi novia Maria que por esos años alumbraba mis días.
Pero antes de bajar yo le iba a dar clases de regateo. Había visto muchas veces esas señoras que empiezan a hablarle al verdulero y chiste tras lugar común y comentario del tiempo van haciendo sus bonus extra y a final se animan a regatear por el total del costo del grupete de bolsas llenas. Y si el verdulero protesta la señora le sigue hablando y pidiendo perejil o algún otro suplemento dietario de poco costo. De modo tal que el verdulero se rinde y acepta cobrarle un poco menos.
Considerando ese arte de ama de casa, le digo a mi novia: “mira Maria, así se regatea” y bajamos del vehículo y comenzamos a elegir la mercadería. El muchacho que me atendió iba anotando en un papelito los costos de los kilos, y de los kilos y medio de diversas frutas y verduras mientras los embolsaba con celeridad. Y yo mentalmente iba haciendo una suma hipotética de cuánto iba sumando la cuenta total. Una bolsa más y yo cargaba mi planilla Excel mental con los datos. Uno con cincuenta, más uno con setenta y cinco, más dos pesos, (eran otras épocas, de allí los bajos precios comparados con los actuales) más dos con veinte… etc.
Llega el momento crucial, el verdulero me dice:
-¿Que va a llevá algo má, amigo?
-No eso es todo-. Repliqué mientras hacía los cálculos finales en mi mente de cuánto sería el total de la cuenta en mi ágil cerebro regateador. El resultado de esa operación aritmética introvertida daba $11,50. Y yo tenía ya preparada en la punta de la lengua la cifra regateadora final. La tenía en la punta de la lengua para apurar y ganarle en velocidad el vendedor… según había visto a muchas señoras en otras verdulerías.
Ya listo a discutir el precio del total, a viva voz, le pregunto al muchacho:
-¿Cuánto es?- esperando que me dijera un número cercano a mis cálculos.
Entonces el verdulero, se saca vistosamente la lapicera de la oreja izquierda (era zurdo) y hace rápidamente la suma. Yo estaba impaciente mientras esperaba la cifra total: Once, once con cincuenta, doce... Yo ya tenía en la gatera mi cifra redonda. Y ahí el tipo me dice:
-Son nueve con veinticinco.
Y yo le contesto rápido y fuerte.
-Te doy diez y quedamos hechos.
Ahí fue cuando abrimos los ojos los dos, un poco desorbitados. El verdulero me miró con ojos profundos y un poco asustados. Yo lo miro con el mismo gesto de que no entendía nada. Entonces colorado como un tomate perita le digo:
-Bueno, por los cincuenta centavos me llevo una manzana y un poco de perejil… chau hasta luego. Manoteando una manzana y una banana porque no encontré el perejil, subí rápido a la camioneta. Cuando me alejaba vimos por el retrovisor que el verdulero todavía tenía la lapicera en la mano y la vista suspendida en el aire lejano y fétido de las verdulerías del abasto
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lunes, 9 de noviembre de 2009

¿SEXO SEÑORITA?

AUTOR: FEFO GONZALEZ
De una buena vez por todas nos decidimos abrir el bar que hace mas de un año daba vueltas en la calva cabeza de mi amigo y hoy socio Juan Pablo.
Calurosas, solitarias y por sobre todo aburridas siestas en construcción me llevaron a inventar los mas variados sistemas de entretenimientos, que consistían en por ejemplo : dar un aproximado de los ladrillos que habría en una pared con un solo vistazo.(de lo mas tonto, lo se) . Todo con el afán de hacer correr el minutero y el calendario de esos días largos y cargados de ansiedad.
En esta historia no todo es tedioso y patético como mis juegos, no todo es malo, hay como en todos los casos algo bueno. Y ese algo bueno llegaba hs 14:00 aproximadamente… En realidad iba de pasada a su casa .Y ese algo tenia nombre, tenia nombre de mujer, y forma de mujer y de mujer con unas curvas muy sugerentes, tambien tenia un carisma divino, un muy buen humor, por lo cual siempre nos llevamos muy bien. Casi nunca nos saludábamos porque no se veía desde afuera hacia adentro. Pero esa tarde tenia ganas de saludarla, de cruzar palabras, y allí fui: Son las 13.55 y estoy agazapado en la ventana esperando que pasara mi presa. 14.01 y ahí esta, con un calculo ya previamente hecho me asomo en la puerta de atrás “provocando” el encuentro casual.

-Ey Anita¡¡¡¡(nombre ficticio del personaje para resguardar la identidad de la persona)
-Ey flaco¡¡¡(apodo ficticio del personaje para resguardar el autoestima del que escribe)
- ¿Qué contas? Que bueno verte
- Acá con los primeros pasos de este emprendimiento
- ¿Un bar no? Si me entere. Van a tener toda la suerte del mundo, ustedes son muy buenos.
-Ojala Anita, muchas gracias.
En lo que estábamos hablando ella miraba hacia adentro y asentía con la cabeza en signo de su aprobación por lo que estaba viendo. En un gesto de amabilidad para con ella y tratándose de una potencial cliente (muy potencial), le quise invitar a que recorriese el bar con sus propios ojos y mis ojos hagan lo propio con mi simpática amiga.
Podría haberle dicho:¿ quieres pasar adentro?, ¿Quéres entrar?, ¿queres pegar un vistazo?, ¿queres echar un ojo?, o pasando a nuestro lunfardo podría haberle dicho ¿queres culiyar adentro Anita?, y eso es lo mas cercano a lo que le dije, solo por un error tipográfico de los enanos de mi cabeza, fue solo uno e ínfimo. Pero cambio por completo la charla, la situación, mi amistad, mi potencial cliente y de mas. Mi invitación fue simple. Anita ¿queres pasar a culiar adentro?.(Todo se hace lento, baldazos de sangre suben a mi cabeza y por unos segundos pierdo el audio).
¿Me abra escuchado?, ¿me habrá entendido? Solo espero que si escucho lo que yo dije lo traduzca y me excuse porque sabe que no soy del tipo de personas que invitan a una persona a tener sexo (y mucho menos ante tamaña hembra ya que ante la incompatibilidad que era evidente, la respuesta seria un no con mayúsculas y subrayado). Ella esta tan mareada como yo por lo que escucho pero sabe que no fue adrede. Todo se tranquiliza y al tratar de explicar lo inexplicable le dije amablemente: Anita corazón Mio lo que yo quería decirte en realidad es que si QUERIAS PASAR A CULIAR ADENTRO.(quince días después Salí de shock de semejante traición de mi inconsciente ).
Hasta la fecha no llego nunca por el bar.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Te succionare el caballo

Autor: Fefo Gonzalez
Correría quizá el 81/82, irrelevante para la cuestión. Estamos con mi hermano, mi primo y algunos amigos en el pueblo de taco pozo en chaco ( tierra que bien se podría adaptar a la zamba”añoralgias” de Les Luthiers.)Todas las falencias que por pueblo chico tendría eran para nosotros un sinfín de posibilidades y experiencias nuevas como “nenes de ciudad”. Yo tendría 11 años y el resto del grupete entre siete y diez, lo que me posesionaba a mí como macho alpha de la manada.
Hace unas líneas atrás describo a mi sequito como nenes de ciudad , pero me veo obligado a hacer la aclaración que tanto yo como mis compañeros de ese entonces éramos de lo mas gauchos, o indios, o carasucia o como quiera que uno describa el contrario de un chico de polera a rayas , zapatos náuticos y bien peinado.
En una de las tantas siestas en las cuales por esos entonces ya era tema conocido el pasar los 45º a la sombra, en una de esas tantas caminatas de vicio buscando horquetas para nuestras hondas, en una de esas tantas cosas…… llega el lugar de una nueva contienda, una nueva pelea, un nuevo entredicho con los dueños del pueblo quienes hacían saber a viva voz que no gustaban en lo absoluto de nuestra presencia ni de nuestras zapatillas ni de nuestro………. Nuestro nada. Nada de nada.
Siempre fueron hostiles a la hora de recibirnos, pero esta vez la cosa se venia mas brava. Lo supe cuando el primer hondazo del bando enemigo reboteen la cabeza de uno de mis soldados haciendo un sonido hueco y dejando inhabilitado uno de los míos que moqueaba en dirección de su casa.
En ese mismo instante supe que era el momento para demostrarle a mis valientes lo valiente que podía ser yo,(que tenia unas ganas locas de huir al galope)se que mi ejercito me hubiese seguido gustoso pero no fue así. Remonte mi arma, respondí los primeros tiros sin dejar bajas pero haciendo retroceder al menos un poco al enemigo sorprendido que esperaba no otra cosa que nuestra bandera blanca. Con la gravedad de mí soldado caído el fuego cesó al tiempo, la guerra se torno más verbal que otra cosa:
_¡¡¡¡¡¡¡váyanse de acá que esto no es pueblo de maricas!!!!!!!!!!1 _¡¡¡¡¡ y si no es es pueblo de maricas que hacen ustedes acá????!!!!!
_¡¡¡¡¡ pregúntale a tu mama ¡¡¡¡¡¡¡
_¡¡¡¡¡¡mejor le pregunto a la tuya cuando vaya esta noche a mi casa!!!!!
Y cosas así propias de chicos atrevidos de taco pozo y de Palermo Hollywood. El tema es que había unas puteaditas mas subiditas de tono que ya incluían partes privadas tanto del hombre como de la dama, e incluso inimaginables posiciones y lugares en las cuales las madres de uno y otro habían tenido sexo zoofilico y otras tantas depravaciones, creación de el cerebro de un niño furioso.
Matías mi hermano el mas chico del grupo y novato en este tipo de discusiones se veía enojado, muy enojado por las cosas que hablaban de nuestra santa madre, pero a su vez se veía opacado por la figura del líder y hermano mayor( que alguna vez en alguna guerra interna le había propinado mas de una paliza)en algún momento en medio de todo el polvareda y la tensión propia de situación, me pidió autorización solo con un gesto para poder responder el también esos agravios, lo autorice quizá con un guiño y se largo para arriba de uno de los montículos de arena como para que lo escucharan bien y se despacho con toda la fuerza de su voz con lo que termino con todo el episodio bélico por desconcierto de los vencidos y por vergüenza de los vencedores; LES VOY A CHUPAR EL PINGO A TODOS¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Yo se que el no sabia siquiera lo que significaba pero……¿Por qué a mi?