lunes, 16 de noviembre de 2009

Un As del Regateo

Autor: César Di Primio

Nunca fui de hacer compras hasta que tuve la necesidad de hacerlo. El concubinato y mi adicción por algunas ensaladas me impulsaron a hacerlo. Pasó hace unos años en una de esas verdulerías que hay en el abasto. Eran esos años en los que convenía comprar allí porque las verdulerías del centro no tenían ni buenos precios ni buenas berenjenas. Así que fui nomás en una camioneta de la que disponía una vez por semana. Y me dispuse a comprar con mi novia Maria que por esos años alumbraba mis días.
Pero antes de bajar yo le iba a dar clases de regateo. Había visto muchas veces esas señoras que empiezan a hablarle al verdulero y chiste tras lugar común y comentario del tiempo van haciendo sus bonus extra y a final se animan a regatear por el total del costo del grupete de bolsas llenas. Y si el verdulero protesta la señora le sigue hablando y pidiendo perejil o algún otro suplemento dietario de poco costo. De modo tal que el verdulero se rinde y acepta cobrarle un poco menos.
Considerando ese arte de ama de casa, le digo a mi novia: “mira Maria, así se regatea” y bajamos del vehículo y comenzamos a elegir la mercadería. El muchacho que me atendió iba anotando en un papelito los costos de los kilos, y de los kilos y medio de diversas frutas y verduras mientras los embolsaba con celeridad. Y yo mentalmente iba haciendo una suma hipotética de cuánto iba sumando la cuenta total. Una bolsa más y yo cargaba mi planilla Excel mental con los datos. Uno con cincuenta, más uno con setenta y cinco, más dos pesos, (eran otras épocas, de allí los bajos precios comparados con los actuales) más dos con veinte… etc.
Llega el momento crucial, el verdulero me dice:
-¿Que va a llevá algo má, amigo?
-No eso es todo-. Repliqué mientras hacía los cálculos finales en mi mente de cuánto sería el total de la cuenta en mi ágil cerebro regateador. El resultado de esa operación aritmética introvertida daba $11,50. Y yo tenía ya preparada en la punta de la lengua la cifra regateadora final. La tenía en la punta de la lengua para apurar y ganarle en velocidad el vendedor… según había visto a muchas señoras en otras verdulerías.
Ya listo a discutir el precio del total, a viva voz, le pregunto al muchacho:
-¿Cuánto es?- esperando que me dijera un número cercano a mis cálculos.
Entonces el verdulero, se saca vistosamente la lapicera de la oreja izquierda (era zurdo) y hace rápidamente la suma. Yo estaba impaciente mientras esperaba la cifra total: Once, once con cincuenta, doce... Yo ya tenía en la gatera mi cifra redonda. Y ahí el tipo me dice:
-Son nueve con veinticinco.
Y yo le contesto rápido y fuerte.
-Te doy diez y quedamos hechos.
Ahí fue cuando abrimos los ojos los dos, un poco desorbitados. El verdulero me miró con ojos profundos y un poco asustados. Yo lo miro con el mismo gesto de que no entendía nada. Entonces colorado como un tomate perita le digo:
-Bueno, por los cincuenta centavos me llevo una manzana y un poco de perejil… chau hasta luego. Manoteando una manzana y una banana porque no encontré el perejil, subí rápido a la camioneta. Cuando me alejaba vimos por el retrovisor que el verdulero todavía tenía la lapicera en la mano y la vista suspendida en el aire lejano y fétido de las verdulerías del abasto
.

lunes, 9 de noviembre de 2009

¿SEXO SEÑORITA?

AUTOR: FEFO GONZALEZ
De una buena vez por todas nos decidimos abrir el bar que hace mas de un año daba vueltas en la calva cabeza de mi amigo y hoy socio Juan Pablo.
Calurosas, solitarias y por sobre todo aburridas siestas en construcción me llevaron a inventar los mas variados sistemas de entretenimientos, que consistían en por ejemplo : dar un aproximado de los ladrillos que habría en una pared con un solo vistazo.(de lo mas tonto, lo se) . Todo con el afán de hacer correr el minutero y el calendario de esos días largos y cargados de ansiedad.
En esta historia no todo es tedioso y patético como mis juegos, no todo es malo, hay como en todos los casos algo bueno. Y ese algo bueno llegaba hs 14:00 aproximadamente… En realidad iba de pasada a su casa .Y ese algo tenia nombre, tenia nombre de mujer, y forma de mujer y de mujer con unas curvas muy sugerentes, tambien tenia un carisma divino, un muy buen humor, por lo cual siempre nos llevamos muy bien. Casi nunca nos saludábamos porque no se veía desde afuera hacia adentro. Pero esa tarde tenia ganas de saludarla, de cruzar palabras, y allí fui: Son las 13.55 y estoy agazapado en la ventana esperando que pasara mi presa. 14.01 y ahí esta, con un calculo ya previamente hecho me asomo en la puerta de atrás “provocando” el encuentro casual.

-Ey Anita¡¡¡¡(nombre ficticio del personaje para resguardar la identidad de la persona)
-Ey flaco¡¡¡(apodo ficticio del personaje para resguardar el autoestima del que escribe)
- ¿Qué contas? Que bueno verte
- Acá con los primeros pasos de este emprendimiento
- ¿Un bar no? Si me entere. Van a tener toda la suerte del mundo, ustedes son muy buenos.
-Ojala Anita, muchas gracias.
En lo que estábamos hablando ella miraba hacia adentro y asentía con la cabeza en signo de su aprobación por lo que estaba viendo. En un gesto de amabilidad para con ella y tratándose de una potencial cliente (muy potencial), le quise invitar a que recorriese el bar con sus propios ojos y mis ojos hagan lo propio con mi simpática amiga.
Podría haberle dicho:¿ quieres pasar adentro?, ¿Quéres entrar?, ¿queres pegar un vistazo?, ¿queres echar un ojo?, o pasando a nuestro lunfardo podría haberle dicho ¿queres culiyar adentro Anita?, y eso es lo mas cercano a lo que le dije, solo por un error tipográfico de los enanos de mi cabeza, fue solo uno e ínfimo. Pero cambio por completo la charla, la situación, mi amistad, mi potencial cliente y de mas. Mi invitación fue simple. Anita ¿queres pasar a culiar adentro?.(Todo se hace lento, baldazos de sangre suben a mi cabeza y por unos segundos pierdo el audio).
¿Me abra escuchado?, ¿me habrá entendido? Solo espero que si escucho lo que yo dije lo traduzca y me excuse porque sabe que no soy del tipo de personas que invitan a una persona a tener sexo (y mucho menos ante tamaña hembra ya que ante la incompatibilidad que era evidente, la respuesta seria un no con mayúsculas y subrayado). Ella esta tan mareada como yo por lo que escucho pero sabe que no fue adrede. Todo se tranquiliza y al tratar de explicar lo inexplicable le dije amablemente: Anita corazón Mio lo que yo quería decirte en realidad es que si QUERIAS PASAR A CULIAR ADENTRO.(quince días después Salí de shock de semejante traición de mi inconsciente ).
Hasta la fecha no llego nunca por el bar.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Te succionare el caballo

Autor: Fefo Gonzalez
Correría quizá el 81/82, irrelevante para la cuestión. Estamos con mi hermano, mi primo y algunos amigos en el pueblo de taco pozo en chaco ( tierra que bien se podría adaptar a la zamba”añoralgias” de Les Luthiers.)Todas las falencias que por pueblo chico tendría eran para nosotros un sinfín de posibilidades y experiencias nuevas como “nenes de ciudad”. Yo tendría 11 años y el resto del grupete entre siete y diez, lo que me posesionaba a mí como macho alpha de la manada.
Hace unas líneas atrás describo a mi sequito como nenes de ciudad , pero me veo obligado a hacer la aclaración que tanto yo como mis compañeros de ese entonces éramos de lo mas gauchos, o indios, o carasucia o como quiera que uno describa el contrario de un chico de polera a rayas , zapatos náuticos y bien peinado.
En una de las tantas siestas en las cuales por esos entonces ya era tema conocido el pasar los 45º a la sombra, en una de esas tantas caminatas de vicio buscando horquetas para nuestras hondas, en una de esas tantas cosas…… llega el lugar de una nueva contienda, una nueva pelea, un nuevo entredicho con los dueños del pueblo quienes hacían saber a viva voz que no gustaban en lo absoluto de nuestra presencia ni de nuestras zapatillas ni de nuestro………. Nuestro nada. Nada de nada.
Siempre fueron hostiles a la hora de recibirnos, pero esta vez la cosa se venia mas brava. Lo supe cuando el primer hondazo del bando enemigo reboteen la cabeza de uno de mis soldados haciendo un sonido hueco y dejando inhabilitado uno de los míos que moqueaba en dirección de su casa.
En ese mismo instante supe que era el momento para demostrarle a mis valientes lo valiente que podía ser yo,(que tenia unas ganas locas de huir al galope)se que mi ejercito me hubiese seguido gustoso pero no fue así. Remonte mi arma, respondí los primeros tiros sin dejar bajas pero haciendo retroceder al menos un poco al enemigo sorprendido que esperaba no otra cosa que nuestra bandera blanca. Con la gravedad de mí soldado caído el fuego cesó al tiempo, la guerra se torno más verbal que otra cosa:
_¡¡¡¡¡¡¡váyanse de acá que esto no es pueblo de maricas!!!!!!!!!!1 _¡¡¡¡¡ y si no es es pueblo de maricas que hacen ustedes acá????!!!!!
_¡¡¡¡¡ pregúntale a tu mama ¡¡¡¡¡¡¡
_¡¡¡¡¡¡mejor le pregunto a la tuya cuando vaya esta noche a mi casa!!!!!
Y cosas así propias de chicos atrevidos de taco pozo y de Palermo Hollywood. El tema es que había unas puteaditas mas subiditas de tono que ya incluían partes privadas tanto del hombre como de la dama, e incluso inimaginables posiciones y lugares en las cuales las madres de uno y otro habían tenido sexo zoofilico y otras tantas depravaciones, creación de el cerebro de un niño furioso.
Matías mi hermano el mas chico del grupo y novato en este tipo de discusiones se veía enojado, muy enojado por las cosas que hablaban de nuestra santa madre, pero a su vez se veía opacado por la figura del líder y hermano mayor( que alguna vez en alguna guerra interna le había propinado mas de una paliza)en algún momento en medio de todo el polvareda y la tensión propia de situación, me pidió autorización solo con un gesto para poder responder el también esos agravios, lo autorice quizá con un guiño y se largo para arriba de uno de los montículos de arena como para que lo escucharan bien y se despacho con toda la fuerza de su voz con lo que termino con todo el episodio bélico por desconcierto de los vencidos y por vergüenza de los vencedores; LES VOY A CHUPAR EL PINGO A TODOS¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Yo se que el no sabia siquiera lo que significaba pero……¿Por qué a mi?

viernes, 25 de septiembre de 2009

"Las naranjas de la calle"

Hace ya varios años, mi papá, preparaba una pócima mágica que hacia tomar a todo aquel que vivía y llegaba a mi casa. Esta supuestamente tenía poderes curativos y se llamaba “jugo Quiqui”. El mismo consistía en la elaboración del “jugo de naranjas de la calle”. Sí, aunque parezca raro, la receta era la siguiente:
- 3 o 4 naranjas exprimidas,
- un litro de agua,
- unas gotitas de edulcorante.
Debo reconocer que es muy rico o por lo menos a mi me gusta.
La cuestión que después de tanto tiempo, caminando por las veredas tucumanas llenas de árboles de naranjas, me acordé del jugo y me agarró una obsesión, quizás la misma o peor que la de mi viejo en aquel entonces, ya que no solo me dediqué a preparar el jugo sino también dulces, mermeladas y hasta me imaginé y empecé a delirar con una súper producción relacionada con estas frutas.
Pero bien, la elaboración de los productos de estas preciadas y desperdiciadas naranjas no es lo difícil, sino que lo complicado es: dar la cara e ir a cortarlas por cual vereda las encuentres, ya que te llenas de tierra y lo peor de todo es el hecho de sentirse observado por cuanta persona pasa, que parecen ver un bicho raro que no sabe que esas naranjas no se comen. Es así que hace poco, cuando fui a cortar unas cuantas, recordé una anécdota de cuando, en aquellos tiempos de la pócima mágica, mi papá lo llevaba a mi hermano a cortar naranjas. Este, en su momento “adolescente”, con vergüenza y mala voluntad, se trepaba a los árboles mientras mi viejo solo lo dirigía desde cierta distancia, es así que en una de esas veces, pasó un hombre en bicicleta, que desde lejos observaba la escena, y pasando por su lado le gritó a lo bien tucumano básico:
“¡Eh primo, no sea bruto, que no veí que esas naranjas son amarga, no se comen!”…

viernes, 11 de septiembre de 2009

Fue...


tan largo el día, tan larga la tarde, tan larga la jornada, tan largas las tareas, tan largos los preparativos, tan largas las expectativas, tan largas las ganas de un abrazo, tan largo el cansancio, y tan larga la noche para tan largo viaje, para andar tan largos caminos, para ver tan largos paisajes.

Pero…

fue tan larga la noche, y tan largo el cansancio, que un tan corto descanso causó que una tan corta dormida me haga perder mi tan corto pasaje y mi tan largo colectivo. En definitiva, a perder mis tan cortas vacaciones, mi tan corto descanso y mí tan corto y ansiado encuentro.

¡Me dormí!

Y fue tan larga mi angustia y tan larga mi tristeza, que en tan cortas horas decidí emprender mi tan ansiado y (ahora más corto) viaje, de tan cortas horas (24 exactamente), por tan largos paisajes, por tan largos colores, por tan largas cuestas, por tan largos caminos andalgalenses, para tan corto viaje, pero con tan larga alegría, y tan corto pero tan bonito encuentro.

martes, 1 de septiembre de 2009

Mi pantalón de corderoy marrón

Solana tenía un congreso, importante y mas aun, era en Mar del Plata, lejos de su ciudad natal, convenció a su amiga que la acompañara, armo el bolso y juntas se fueron rumbo al mismo
El congreso eran un fin de semana del mes de agosto, llegaron con 5 dias de anticipación, así Paula su amiga podría conocer La Feliz.
Sol, como la llaman, disfrutaba de los días, pero siempre su cabeza estaba puesta en el congreso, claro era sobre un tema específico de la cátedra, “adultos mayores”, donde hacia poco había salido ayudante, aparte iría su jefa, que iba a notar su interés y dedicación, por lo tanto “había que hacer buena letra”
Es así que todos los días desde que se levantaba hasta que se acostaba mostraba orgullosa a su compañera el pantalón de corderoy marrón, la camperita y los zapatos que se iba a poner para el ansiado día.
Al final ese día llego, y pudo usar su tan preciada vestimenta, estaba contenta y radiante, llegaron a la facultad donde era el congreso, y antes de entrar recorrieron las instalaciones, buscaban el centro de estudiantes para dejar una invitación de las jornadas que se realizarían en Tucumán.
Cuando le indicaron el lugar pasaron por un camino de tierra donde había un solo charco de agua que se lo podía pisar sin problemas, no denotaba ningún peligro por lo tanto Solana sin imaginarse nada, piso el charco, y ahí fue!!!!! ,- como si hubiera pisado una banana- ¡cayo en el barro! ensuciándose entera, toda su ropa, su cara, su pelo rubio tenia barro, su amiga no atinaba en ayudarla ya que no podía parar de reírse y por supuesto ella tampoco, solo exclamo fuertemente “¿porque siempre me pasan estas cosas?”y quedo ahí acostada por un buen rato en el charco .…

lunes, 3 de agosto de 2009

"No más Footing"

Era un día de sol, salimos con mi hermana Marcela, a caminar por la avenida mate de luna.El caminar inmediatamente nos hace sentir Esplendidas, “Diosas totales”, RE -Modeladas, con tan sólo un día de ejercicio, ya que hacerlo y mantener una conducta constante todavía nos resulta un “Poco” difícil!!! “ el deporte no es lo nuestro” la cuestión es que para sentirnos mas diosas todavía, decidimos trotar, hacer lo que se llama modernamente FOOTING, algo que no cualquiera se anima y aparte… esto ya era lo “MAS MAS”, nos sentíamos hasta sin panza sin haber dado todavía un paso.
BUE...al fin empezamos. No íbamos ni una cuadra, y ya estábamos sacando la lengua del cansancio que teníamos, la garganta pedía agua, y la achilata no paraba!!!Pero… a lo lejos divisamos una camioneta llena de chicos re Top e inflamados (musculosos), así que mantuvimos la compostura de “Diosas deportivas”, claro, ¡QuÉ! nos iban a decir los muchachos al pasar, seguramente mas de un piropo!
Perooo cuando éstos pasaron nos gritaron con toda la fuerza del mundo¡¡¡Corran Lechonas!!Jajajajaja ¡Que desilusión! no podíamos parar de reírnos, diría por no llorar, por supuesto que al toque dejamos de correr y nos volvimos a la casa. Obviamente, no más FOOTING!!!

domingo, 26 de julio de 2009

LOS TRES CHIFLADOS (UNO PARA TODOS, TODOS PARA UNO)

Autora: Pamela "La Negra" Salazar
Quien diría que en los altos murallones de Iruya encallen estos tres personajes, solo tres; casi sin conocerse, totalmente diferentes, pero con un propósito noble, firme e inquebrantable “conga, conga y más conga”…de más está decir que con este grupete valió la pena pasar horas con los ojos abiertos, ingiriendo altas dosis de comida, sin contar los litros de cerveza negra que corrieron por esas tres gargantas resecas, seguro, como si el colectivo vibrador y la tierrita no fueran la excelente excusa.
Al momento de encallar, la gente del lugar se acercaba para intercambiar papeles por un techito, petisonas nomás…de película…aquel memorable momento en que estos tres coches bajaron del trole y cuesta arriba trepaban y trepaban.
FEJO “EL GORDO”, JAVI “EL MOCHO”, Y YO, PAME “LA NEGRA” camino al primer ¡¡¡hostel!!! ¡¡Denegado!! Pura continuación de colores y estatuillas que no gustaron a “la VOZ”, “la NEGRA, catinga” con esa risa molesta que no podía parar de reír, se unió a la fuga, mientras que “el MOCHON filósofo” por medio de la palabra intentaba dejar en claro el porque de la decisión de no entrar en aquel albergue, obvio que cubriendo la actitud de la VOZ, que despotricó y se tomo el palo.
Al fin y luego de encontrar nuestro techo decidimos salir a devorar algo, muertos de hambre. Panchos, sin saber que era el comienzo de una gran aventura…
Empezó la caminata y así, en ese mismo instante, la tormenta que nos venia siguiendo desde Tucumán por cierto, nos encontró y se soltó ¡una saaaaacha tormenta!, rayos…alto rayo que cae… pa pa pa pa pa pa pa… Iruya sin luz…. Fejo, cagado de miedo (PERDON AMIGO POR MANDARTE AL FRENTE ), insistía con voz de espanto volver a escondernos del alcance de aquellos rayos, nosotros dos, cagados de hambre buscábamos refugio en algún bar, aunque sea a oscuras, pero bar (comida) al fin…la doña cocinera responde a nuestra obvia pregunta dada la situación “no puedo cocinar a oscuras “
¡¡Traiga una negra!! Fueron nuestras palabras, pasaron varias luego de aquel pedido y se hizo la luz y tuvimos el placer de pecharnos unas milas riquísimas con un picantito que en esta anécdota no viene al caso contar (continuara), lo que si viene al caso es que las milas eran una mantequita, menos la de Fejo que al querer usar el tridente ese, casi le arranca el ojo a un blondie que estaba probando el papin… NADA NOS REIMOS NADAAAAA!!!! Luego se continuó lastrando ¡como si nunca nos hubiera pasado!
En lo mejor de la sobre mesa charlando, cagandonos de risa de “el tenedor doblado y volador” se empezo a escuchar un ruido raro, un brmmmmmmmmmm intenso, de repente nada che…bue… seguimos charlando…otra vez el ruido, nos miramos…solo los tres, todos los demás como si nada. De repente entra un lugareño y dice ¡¡¡ EL VOLCANNNNNNN!!! ¡¡¡¡EL VOLCAN!!!
Ayyyy, ¿Cómo explicar nuestras caras de espanto al imaginarnos LAVA bajando por los cerros? flasheamos lava ni dudarlo!!!!! Jejejje.
Cómico fue cuando vimos que todos iban a ver el volcán, y nosotros en bolas, pensando que carajo pasaba y porque estos locos querían ir a verlooo!!!!! La maza nos llevo hacia el lugar…nos paramos en un precipicio al de otra gran muralla Iruyeña, y juro que el brmmmmmmmm se sentía cada vez mas cerca y a punto de erupcionar, - ¡ahí viene!, ¡ahí viene!- decían todos hasta que nos enteramos que era un tremendo alud de lodo, que luego, para volvernos un poco más sabios, nos enteramos que fueron varios aludes los que taparon muchos asentamientos en la zona.
CONSEJO: Más allá de visitar ese hermoso lugar, deben informarse sobre alguna actividad volcánica en Salta, y en Iruya especialmente, sino flor de cagazo y pavura van a pasar.
Menos mal que ninguno de los tres levantó la perdiz y NADIE SE DIO CUENTA…

PD: SALVO EL INTESTINO DE FEJO QUE ENTRE EL PICANTE Y EL CAGAZO SE SENTO EN EL TRONO TODA LA NOCHE!!!

DEDICADO A MIS HIJOS JAVI Y FEJO DE SU AMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!! LOS QUIERO TURRIS!!!

lunes, 20 de julio de 2009

"Ahora si, me echan"

Autor: Anónimo
Acababa de tener una discusión fuerte con uno de sus jefes. Se miraban de reojo. Casi no se dirigían la palabra y, salvo que se chocaran de frente, ni siquiera se saludaban. Parecidas a esas torpes peleas de niños, en las que se esquiva el trato, la mirada, los comentarios al margen. La relación se desencantó de repente y ni ella ni él estaban dispuestos a cambiarla. Ella pasó a tenerle desconfianza, a no soportar ni siquiera un breve comentario su suyo. Su voz le repugnaba de repente. Él, para pedirle algo, mandaba a un tercero. Ella, de mala gana, mandaba al tercero a responderle. Un día, mientras trabajaban en la oficina, se escuchó a uno de sus colegas hablar fuerte con la mujer por celular. Al parecer, ella no lo escuchaba, o no le entendía, vaya a saber. Así que él subía cada vez más la voz. Hasta que se cansó y, en tono brusco, casi le gritó: “¡Hablamos en casa!”. Hubo un silencio brutal que duró unos segundos. Hasta que saltó uno a bromear: “¡Esaaaa, cómo se tratan!”. Risas, risas y más risas. De pronto él, el inbancable para ella, desde la otra punta de la oficina y a los gritos: “¡Así se trata a las mujeres!”. Ella sintió que se ponía roja de la bronca. “Ja, mirá quién habla, el más pollerudo de todos”, se apresuró a escribirle por chat a uno de sus compañeros. De repente se puso blanca. Sintió que el corazón comenzaba a latirle a mil por segundo… ¡Le había escrito por chat al mismísimo jefe! Y entonces pensó: “Ahora sí, me echan”.

jueves, 9 de julio de 2009

De paseo…al costado de la SCOOTER

Autora: Cecilia Díaz
Vacaciones de verano… Viajamos a Belén (Catamarca) con Paula y Chula, fue en el año 99, o sea, en ese momento teníamos solo 17 años. Yo me hospedaba en la casa de Nati y Kanque, “las belichas” .Pasando los días, ya era una más del Clan Ceballos. Resulta ser, que en la flia tenían 2 motos (Zanella 50cc y Scooter), para andar-pasear por el pueblo, hacer las compras, ir al trabajo, al río, etc- etc. Yo asombrada, xq las chicas manejaban las motos, siendo tan “chicas”, entonces me deje convencer, y empecé a “aprender” a andar. Hasta qué me gusto!! ¿¿Estaba buenisismooo!! Ya por cualquier cosa, quería salir en la moto, jajá. Pero…unas de las tantas tardes, decidimos con Naty ir a la plaza, y como no estaba la “Zanella”, teníamos que usar la “Scooter”, la cual yo solo la había manejado una cuadra días antes, porque era mas “mañera” la motito color negra (recuerdo!!). Bueno, arrancamos…brunnnbrunnnbrunnn…llegamos a la plaza. Nos encontramos con las otras chicas (Paula y chula).Por hacerme la picara, decidí dar una vuelta SOLA para demostrar mi nueva habilidad de motociclista (cosa que en Tucumán jamás hubiera practicado xq me da miedo. Bueno, pongo la llave…arranco sin subir a la moto… Y SIN DARME CUENTA ACELEREEE!!! Y LA MOTO, OBVIO EMPEZÓ A ANDAR Y YO CON ELLA, CORRIENDO AL LADO, SIN DARME CUENTA DE LO QUE ESTABA PASANDO. Tonta, tonta, corriendo al lado de la moto, desesperada… gritaba: “¿Cómo la paro? ¿Cómo la paro?” mientras aceleraba cada vez más. Me dolían las piernas, parecía el correcaminos, estaba con una Taquicardia tremenda, y además de todo QUERIA LLORARR. La cuestión era, que yo no me daba cuenta, por inexperta, que el acelerador era esa manijita que yo tocaba, “que para mi servía sólo para agarrarse”. Bueno, justamente ese era el motivo, por el cual yo corría desesperada al lado de la moto por la plaza de Belén. ¿Paró la moto?... Sí!! Natalia, después de reírse, reírse, y reírse corrió hasta mi, y finalmente LA DETUVO!!!!!!!!!!!
Desde ese día, nunca más intente manejar una moto, y mucho menos una Scooter. jajja

lunes, 6 de julio de 2009

La historia del Alfiler

Tenia 13 años, estaba sentada viendo la televisión, vaya uno a saber que programa, quizás haciendo zaping, pero estaba tranquila con el control en la mano. De pronto el gigante de 1,90 mts, 14 años: “mi hermano” que parece no tenia nada que hacer mas que molestarme se me abalanza, se sienta encima mió dejándome sin posibilidades de movimiento, me quita el control y sigue viendo el como si nada. En ese momento a lo único que atine es a gritar “Salí” “Salí” “dejame ver” “mamáaaaa” “dame el control” “Yo estaba viendo”, “yo estaba viendo” pero no había forma de que se moviera. Hasta que de la bronca y contando con el único recurso de supervivencia para sacarme a la mole de encima -cual niña caníbal- le mordí la espalda. Es así que dio un grito, se levanto, y al final quede liberada. En ese instante ¡no lo podía creer! había derrotado a mi hermano, y encima con mis inofensivos dientes pequeños de “caniche toys”, pero el triunfo duro segundos, ya que con cara de niño asustado me dijo “me trague un alfiler”.
Ahora de victima de un gigante molesto era la victimaria de un niño asustado de tamaño XL que podía tener un instrumento punzante en el estomago a causa de la brutalidad de su hermana menor que había mordido su espalda.
Llegaron mis hermanas que en horas se iban de viaje, con mala voluntad, puteadas entre medios y caras de susto por causa de mocosos púberes que no tienen otra cosa que hacer, lo llevaron al hospital de niños, mientras yo, estaba en mi casa con una culpa que me carcomía. Cuando el medico lo vio, le dijo “habiendo tantas cosas ricas para comer, como vas a tragarte un alfiler”…….al final no tenia nada. Quizás fue por todas las promesas que hice en su ausencia.

Dedicado a mi hermano Juan pablo, compañero de muchas aventuras y moqueadas jajaja

viernes, 3 de julio de 2009

El dia 13

Desde chica siempre me decían que estaba como en otro mundo, que mi cara lo delataba. Parece que de grande esa condición se fue acentuando y directamente comenzaron a decirme: “tenes cara de volada”. Nunca me dí por aludida, ¿o si? Puede ser… Tal vez un poco despeinada, ojos chiquitos, hinchados… como de recién levantada pero… ¿sería para tanto?
No hace mucho, comencé a viajar todos los meses a Buenos Aires para hacer un curso de psicomotricidad; curso “excusa”, claro, por que -en verdad- el objetivo primordial era ir al encuetro de mi novio. Entonces, lo volada que parecía se acentuaba aún más por el efecto de “mariposas en la panza”.
Es así que en unos de mis viajes me pasó algo inesperado que me hizo dar cuenta de que era más que cara.
Era marzo del 2008 (primer encuentro de mi curso en Buenos Aires, época de exámenes en la facultad de psicología), daba la casualidad que, justo el día de mi viaje, rendía, a la mañana, una materia de esas importantes y difíciles de pasar, de las que no hay que hacerse marcar con nada, de las que hay que pasar desapercibidos: era “Jurídica”.
Así fue, ese día rendí, no sin inconvenientes, ya que no figuraba en el parte de examen, ni como libre ni como regular, así que estuve a las corridas del aula a la secretaria varias veces para poder rendir, y sumado escuchar las puteadas de la profesora por no figurar… así que de desapercibida nada.
Después del trajín de la rendida venia otro que valía la pena: el del viaje. Así que preparé mi bolso rápidamente, fui al trabajo, leí en Internet si no había problemas en las rutas, campos, humo, cortes, ya que siempre había algo nuevo de que preocuparse, pero esta vez el colectivo salía sin ningún problemas. Como nunca mi viejo y mi hermana me buscaban del trabajo para llevarme a la terminal, así que ya no saludaba a gente desconocida sino que tenia de verdad a quien saludar desde la ventanilla.
Cuando subí al micro, me senté feliz, relajada. Después de un día agotador y casi sin dormir, veía a mi familia por el vidrio, saludaba, ya con ganas de ver rutas y campos.
El ómnibus estaba lleno, mientras la gente se acomodaba, se acerca un muchacho de unos 30 y picos y me pregunta: “¿que numero de asiento tenés?”, con seguridad le digo el “18”, ese era mi numero. El chico hace mala cara y me dice: “estamos en problemas”, yo también tengo el mismo numero, por supuesto que yo seguía saludando cual princesa en su carruaje, tenia el boleto en mano y estaba sentada y muy cómoda. Además, había sacado el pasaje con antelación ¿de que debía preocuparme?
A los segundos viene al chofer, me pide el pasaje, lo compara con el del joven y me dice: “mira tenes el numero 18”, yo con un gesto de obviedad a lo que me estaba diciendo, mientras seguía saludando, “pero mira lo tenes del día viernes 14 y hoy es jueves 13”. En ese momento me puse tan roja como el matafuego que estaba sobre mi cabeza. ¡Me quería morir de la vergüenza! Encima sentía las miradas de todos observando la escena riéndose y para variar mis familiares abajo saludando. Pensé en sacar el martillito (que también estaba sobre mi cabeza) romper el vidrio y huir sin mirar atrás.
Levante mis cosas del asiento y le rogué al chofer que por favor me vendiera un pasaje, él salio caminando rápidamente por el pasillo y yo por detrás, diciéndome: “creo que queda uno, voy a averiguar si no lo vendieron”. El corazón me latía fuertísimo, el pasillo se me hacia interminable, miraba sin mirar, mientras escuchaba voces que decían “¡que la dejen viajar!”.
Estaba esperando en la puerta del micro desde adentro, por supuesto no quería bajar por nada, y en eso, mi viejo se acerca y me pregunta ¿pasa algo?, Le digo que nada, que “estoy viendo una cosa” Imaginando su expresión de “¡que boluda!”, si le contara. En eso llega a la puerta una profesora de la facultad; pregunta de otro colectivo, que ya había salido una hora antes, se había confundido de horario, pedía si por favor la podían llevar para alcanzarlo o venderle un pasaje, era imposible, yo por mis adentros pensaba “Ella si que está peor que yo” por suerte que habia llegado tarde sino el ultimo número el 31 se lo iban a vender a ella….